Al igual que muchos artistas, su primer contacto con la música fue de muy pequeño.
A los 5 años de edad, entre exquisitos aromas de cocina de abuela, comenzó sus primeros balbuceos musicales sentado frente a un viejo radiograbador mientras sonaban canciones de Jairo, Valeria Lynch y Mercedes Sosa. Artistas predilectos de su abuela materna.
A partir de ese momento, y a lo largo de su infancia, la música comenzó a calar hondo en sus oídos y se convirtió en pilar fundamental de su vida.
Tanto fue así que a poco de cumplir los 14 años de edad, su abuela paterna le preguntó qué regalo le gustaría recibir. No hubo dudas: “¡una guitarra!”, contestó.
Y como para las abuelas los deseos de todo nieto son órdenes, su pedido se hizo realidad y con su primera guitara criolla en mano inició su carrera musical que se extendería hasta nuestros días.
A esa edad ya tenía bien en claro lo que quería ser: músico.
Sus primeros acordes surgieron casi de manera natural luego de escuchar a otros músicos, y al cabo de un tiempo decidió inscribirse en las clases de guitarra que el profesor Gaspar Picone dictaba en la vieja Casa de la Cultura “Arturo Jauretche” de Puerto General San Martín.
Desde el primer día demostró un conocimiento avanzado en la ejecución del instrumento y, sin escalas, pasó a practicar directamente con los alumnos de tercer año en un abrir y cerrar de ojos.
Comenzó a componer sus propias canciones, con letra y música de su autoría. Quienes oían esos temas le recalcaban a menudo su similitud con Vox Dei. Eso le despertó una enorme curiosidad por esa banda y el encanto de sus letras fue inmediato: “en cada letra te deja una enseñanza”, asegura Ismael.
Por aquellos años, como muchos de los adolescentes de la época, sus ratos libres transcurrían entre amigos y vinilos de Black Sabbath, Dire Straits, Creedence Clearwater Revival y rock nacional.
Sin embargo, no sería la guitarra el instrumento que lo acompañaría para siempre en su carrera musical.
“Yo aprendí a tocar la guitarra porque quería tocar el bajo. A mí me gustaba el bajo.”, repite insistentemente añorando aquellos viejos tiempos.
La súbita idea de formar una banda y el deseo incontenible por tener ese instrumento lo llevó a abandonar decididamente sus estudios en segundo año de la secundaria para dedicarse a trabajar para comprarse un bajo. Años más tarde concluiría sus estudios secundarios de noche en el E.E.M.P.A de la ciudad de San Lorenzo.
Su primer trabajo fue en la cantina de un frigorífico de renombre, que por aquellos años tenía una actividad incipiente en la región.
“Hacía sándwiches de milanesa, pelaba papas, preparaba café, hacía de mozo…”, recuerda hoy Ismael.
Con trabajo y perseverancia logró comprarse su primer bajo eléctrico, instrumento que pasó a formar parte de su sombra desde aquel entonces.
Durante algo más de 6 meses asistió a las clases de bajo que dictaba en aquel momento Hernán Flores en la casa del profesor de guitarra Marcelo Martínez.
Logrado ese primer objetivo, le propuso a su amigo Damián Schemberger formar una banda de rock.
Fue entonces que en 1990 nació Faro Singular, banda que marcó para siempre el rumbo de su carrera como artista del rock & blues local.
La primera formación de la banda estuvo integrada por Ismael Castillo en bajo y voz, Damián Schemberger en guitarra y Gastón Loza en batería, a quienes luego se sumaron Cristian Pereyra en segunda guitarra y Diego Zarlengo en voz.
Tiempos difíciles
Los primeros tiempos de la banda no fueron fáciles. Los ensayos se realizaban de manera alternada en las distintas casas de sus integrantes, acarreando los equipos e instrumentos de un lugar a otro y teniendo que lidiar muchas veces con las quejas de los vecinos por “ruidos molestos”.
“Íbamos con los equipos al hombro de una casa a otra porque nos echaban los vecinos, llamaban a la policía aunque ensayábamos en los horarios que nos decían. Ensayábamos en lo de Damián, en mi casa o en los de Gastón Loza. Después, cuando entraron los otros chicos, ensayamos un tiempo en la casa de “Chili” (Cristian Pereyra) y un tiempo en la verdulería de Diego Zarlengo en San Lorenzo. Nos íbamos hasta allá, porque era un lugar tan grande que no tenía vecinos y prácticamente no molestábamos”, explica Ismael.
“En esa época acá no había salas de ensayo. Cuando ensayábamos en casa, lo hacíamos en una pieza interna que yo tenía. Poníamos las camas una arriba de la otra y ensayábamos ahí”.
“No teníamos equipos. El padre de Damián le había comprado la guitarra y un equipo de guitarra, pero era muy chiquito, muy precario y no teníamos con qué sacar la voz. Entonces yo tenía un grabador viejo y armamos un micrófono con una linterna y un auricular viejo. Desarmamos el auricular, se lo pusimos adentro de la linterna y hacía las veces de micrófono, conectada al grabador. Calculá que quizás cantaba más fuerte yo que el grabador. Pero bueno, ayudaba”.
“Todos esos obstáculos nos ayudó en la perseverancia”, asegura el músico.
Con el tiempo, la banda se fue equipando mejor con el aporte incondicional de Pablo Schemberger, padre de Damián.
Los autores de todas las canciones de la banda eran Ismael, Damián y Diego, a quienes se sumaba en ocasiones también Cristian Pereyra.
Solamente hacían dos covers: un tema de los Ratones Paranoicos y otro de Pappo.
Además compusieron un tema en conmemoración de la Guerra de Malvinas, inédito, que nunca se grabó.
– ¿Cómo surgió el nombre de la banda Faro Singular ?
Ismael Castillo: “Un día estábamos hablando afuera de la casa con Gastón (Loza), Damián (Schemberger), Mauricio Martínez y yo. Mauricio iba a veces a los ensayos y por ahí metía alguna guitarra, y charlando nos preguntamos qué nombre le poníamos a la banda. Y se me ocurrió algo que ilumine, algo con faro, algo raro, un faro raro… un faro singular. Y ahí quedó el nombre de la banda: Faro Singular.”
La primera actuación de la banda fue en 1991 en el festival realizado para el 102 aniversario de la fundación de la ciudad en el predio del ex polideportivo municipal, ubicado en calle Belgrano y Rivadavia, donde esa misma noche actuó el artista Antonio Tarragó Ros.
“Esa fue nuestra primera actuación. Teníamos 15 años. Había una banda de gente y nos temblaban las piernas. A mí me temblaban las piernas, yo pensé que no iba a poder subir la escalera”, recuerda hoy Ismael entre risas y nostalgia.
Participaron también de entrevistas realizadas en programas de televisión por cable de aquella época.
Tiempo después, por motivos personales, el baterista decide alejarse del proyecto y fue reemplazado por Mario Ibarra. A partir de ese momento se incorporaron a la banda dos coristas mujeres, un saxofonista y un tecladista.
Con presentaciones en festivales de toda la zona continuaron aproximadamente hasta 1994, cuando por circunstancias personales de sus integrantes la banda se separó.
Su última actuación fue en un evento organizado en el sitio donde estaba la pista de patín, en la esquina de Tucumán y Leandro N. Alem.
De esa noche, quedará para siempre grabada en la memoria de sus integrantes la actuación de la hermana de Ismael Castillo casi por casualidad ante la ausencia de una corista en la banda.
“Esa última vez que tocamos ahí en la pista de patín se había ido Paula Dastres, que era una de las chicas que cantaba y hacía coros, entonces le propusimos a mi hermana que sabía todas las canciones si quería cantar esa noche con nosotros. Y accedió. Fue y cantó”, cuenta entre risas Ismael al recordar aquella curiosa anécdota.
QUORUM
Su siguiente proyecto musical fue Quorum, banda integrada por el propio Ismael Castillo (bajo y voz), Mario González (guitarra), Gastón Loza (batería), Cristian “El Flaco” Morales (guitarra rítmica), Leonel Palena (teclados) y Diego Leguizamón (violín).
Luego de un par de presentaciones, Cristian Morales decidió retirarse y lo reemplazó Sebastián Caparróz en guitarra.
El grupo duró aproximadamente 1 año.
RUTAS ARGENTINAS
Esta banda marcó el regreso de su amigo Damián Schemberger en primera guitarra. Además la integraban Cristian Pereyra en batería, Diego Zarlengo en voz, Paula Dastres en voz y coros, Sebastián Caparróz en guitarra y en el bajo Ismael Castillo. Este proyecto también duró aproximadamente 1 año.
CUERO INDIO
En 1997, Ismael Castillo (bajo y voz), Sebastián Caparróz (primera guitarra y voz), Paula Dastres (voz y coros), Héctor “Queco” Traferri (armónica), Cristian Pereyra (batería) y Mario González (guitarra) formaron Cuero Indio, banda que durante los siguientes 2 años los llevó a presentarse en distintos lugares de la zona hasta su disolución por diversas circunstancias de la vida de sus integrantes.
CON SELVA VILLAVERDE
A finales de los ’90 Ismael se había ido a vivir a San Lorenzo y un día Carlos Villaverde lo convoca para tocar el bajo junto a su esposa, la reconocida artista Selva Villaverde.
Durante esa época, de 1999 a 2002 aproximadamente, participó como bajista de la grabación de 2 discos junto a Selva Villaverde y de presentaciones de la artista en peñas y festivales folklóricos de la zona.
En una ocasión se presentaron en la ciudad de Gálvez en un festival donde coincidieron en la misma noche con músicos de la talla de Peteco Carabajal y Víctor Heredia.
OTRAS PRESENTACIONES
En paralelo a su actividad junto a Selva Villaverde, Ismael Castillo participó en un puñado de presentaciones con el cuarteto vocal Koná.
Este era un grupo integrado por 4 voces, entre las que se encontraba Diego Coria, y que eran acompañados por un teclado, guitarra y bajo.
Fue la única vez que Ismael no tocó el bajo en una banda. Aquí solo cantaba.
Luego acompañó como bajista a Valentina Selak, una joven artista que por aquellos años incursionó en el ambiente musical de la región y con quien participó en la grabación de un disco en la ciudad de Rosario.
Con Diego Coria en voz y Mariano Garcés en guitarra, Ismael hizo también algunas presentaciones en bajo y voz, en una serie de festivales para los cuales se reunieron ocasionalmente a tocar sin una formación estable.
NUEVA ALIANZA
Entre 2003 y 2004 pasó a formar parte de Nueva Alianza, banda integrada por artistas de Rosario, Buenos Aires y San Lorenzo.
La banda estaba formada por músicos como Pano Mariani (batería), Flavio Butticé (guitarra), Bruno Berguñan (guitarra acústica y voz), Ignacio Narvarte (guitarra acústica y voz), Ignacio Giacone (teclados), Cecilia Narvarte (voz y coros) y Andrea Narvarte (voz y coros).
Con ellos compartió escenario durante 13 años, participó de la grabación de un disco y realizó varias giras por el interior del país y en dos oportunidades por Brasil.
“Fue una época lindísima esa, porque adonde íbamos nos recibían como músicos famosos prácticamente”, recuerda Ismael.
ÉPOCA SOLISTA
Después de formar parte de la agrupación Nueva Alianza, Ismael Castillo comenzó su carrera solista, componiendo sus propias canciones, grabando y editando sus propios videos y presentándose en la región acompañado de su bajo y su violín.
Durante este período fue contactado para ponerle bajo y voz a dos temas de Vox Dei: Génesis y Moisés. La propuesta surgió por parte de su amigo Damián Schemberger, que se encontraba viviendo en Casilda y estaba trabajando en su proyecto de armar una productora musical propia.
Este contacto sirvió como puntapié para juntarse nuevamente y rearmar la mítica banda que los vio nacer en el ambiente musical de la ciudad.
FARO´S
A pesar que en un primer momento se había decidido llamar a la nueva banda con el nombre de Índigo, Ismael y Damián coincidieron en el nombre Faro’s para conservar la idea original de la primera banda que los unió a la músca.
La formación actual de Faro’s se compone de antiguos integrantes y algunas incorporaciones: Ismael Castillo (bajo, voz y violín), Damián Schemberger (primera guitarra), Cristian Pereyra (batería), Diego Zarlengo (voz y segunda guitarra) y Mariano Vicente (teclados).
Entre las canciones de la banda se pueden encontrar algunas que Ismael compuso durante su época como solista y dos temas que marcaron un hito en Faro Singular: “Dios dime qué piensas”, canción con la que ganaron un concurso, y el tema conmemorativo de la Guerra de Malvinas titulado “Confesiones de una tierra prometida”. Dos creaciones que nunca se grabaron y la gente que los sigue siempre les pide plasmar en un disco.
En esta nueva etapa se incorporó el violín, instrumento que Ismael Castillo supo ejecutar en Cuero Indio y durante su época como solista.
Su primer bajo fue un Starfighter de fabricación nacional. “Lo usé hasta que me pude comprar otro, también de fabricación nacional pero una línea de exportación, era un Faim. Un bajo mucho mejor”.
“Ahora tengo el segundo bajo, ese lo tengo todavía. Después tengo un Yamaha Fretless y un Warwick de fabricación alemana. Ese hoy lo estoy usando más. En Nueva Alianza usaba más el Fretless”, cuenta Ismael.
El músico y la banda han grabado una serie de videos que se pueden ver en su canal de Youtube, en Instagram y Facebook.
Detrás de algunas de esas producciones audiovisuales se encuentran los propios integrantes de la banda junto a Pablo Parente.
Como proyecto a futuro, se encuentran trabajando en la producción de un documental sobre Faro’s donde harán una reseña del pasado y presente de la banda y de la carrera musical de sus integrantes.